Hidrógeno Verde: de la transición a la descarbonización.

Hidrógeno Verde: de la transición a la descarbonización.

Nos encontramos ante un escenario de transición en el que la política energética internacional, se encamina hacia la descarbonización y neutralidad de emisiones a través del uso eficiente de la energía, la electrificación, energías renovables y la adopción de vectores energéticos como los biocombustibles y el hidrógeno.

Ante la urgencia climática del planeta, se busca aceleradamente la reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero, donde el Hidrógeno Verde es una alternativa que nos acercará a los objetivos trazados a nivel mundial, acelerando el tránsito a una economía NetZero.

A diferencia de otras opciones para reducir las emisiones de CO₂ como la eficiencia energética, la electrificación o el uso de biocombustibles, el hidrógeno se comporta como un vínculo para usar las energías renovables en sectores que difícilmente podrían electrificarse, como la minería, la aviación y en general: industrias de altas demandas energéticas y de alta intensidad de uso. A esta característica se le llama acoplamiento sectorial, que se traduce a: permitir que sectores pesados puedan adoptar energía renovable convirtiendo está en una molécula química.

A nivel internacional la producción y uso del Hidrógeno Verde van en aumento; países como Francia y Alemania, por ejemplo, comienzan con la adaptación de su industria a alternativas sustentables a través del diseño e implementación de políticas públicas, legislaciones, desarrollo tecnológico, atracción de inversiones o relaciones diplomáticas, buscando la mitigación del cambio climático.

Según información de la Sociedad Alemana de Cooperación Internacional (GIZ), nuestro país tiene la capacidad para producir mil 400 millones de toneladas de Hidrógeno Verde, lo que impactaría en el PIB con 46 mil MDD entre 2025 y 2050. Por otro lado, la Agencia Internacional de las Energías Renovables informó que, a raíz de estos esfuerzos por descarbonizar el sistema energético, se generarían alrededor de 3.2 millones de nuevos empleos en Norteamérica. Adicionalmente, esto nos posicionaría como el segundo exportador de Hidrógeno Verde más competitivo con destinos en Asia y el tercero con destinos en Europa.

En México existen iniciativas para cumplir con la disminución de emisiones de Gases de Efecto Invernadero, enfocadas en la descarbonización del sector energético a través de la generación de energía por fuentes limpias y renovables, donde el desarrollo e incursión del Hidrógeno Verde, traerían consigo panoramas económicos favorables tanto para el sector energético como para el industrial.

Cabe resaltar que uno de los procesos para producir Hidrógeno Verde es mediante un electrolizador – electrolisis –, mercado concentrado en Europa y Asia. Por lo que en Puebla se fabricó un Electrolizador Alcalino para la producción de Hidrógeno Verde. Este proyecto tuvo el acompañamiento y asesoría por parte del Instituto Politécnico Nacional y la Sociedad Mexicana del Hidrógeno. 

Esta iniciativa busca optimizar el proceso de la manufactura de electrolizadores y reducir los costos de los componentes que integran un equipo de este estilo, con la finalidad promover e incentivar una cadena de proveeduría local que evite o reduzca la importación de esta tecnología indispensable para la producción de Hidrógeno Verde, un escenario benéfico para el país como productores de esta tecnología que trae consigo un panorama económico promisorio.

Finalmente, el desarrollo del electrolizador en Puebla es clave para la industrialización y descarbonización del estado a mediano y largo plazo, para fomentar el crecimiento de un mercado naciente en México y en el estado, en el que el panorama sería alentador generando responsabilidad social, desarrollo e innovación tecnológica, formación de capacidades humanas en la materia, crecimiento económico y cuidado del medio ambiente.